UNIDAD 3

¿Cuántas veces la figura del docente, nada más empezar el curso escolar, se ha topado con el reto de acoger, acompañar e integrar a un/a alumno/a inmigrante, que desconoce por completo la lengua vehicular de la escuela, en la dinámica de clase?

Personalmente, mis meninges se han visto estrujadas bastantes veces para idear la manera de implementar las adaptaciones necesarias en la línea de garantizar una educación inclusiva y de promover el aprendizaje de los niños y niñas en un contexto de diversidad social, cultural y/o cognitiva.

Dentro de mi historial de atención a la diversidad, quisiera poner el foco de atención en un caso que tuvo lugar hace ya unos años. Les pongo en antecedentes:

Septiembre, primer día de clase de 4º de primaria. La jefa de estudios entra en la clase acompañado de un niño chino de 9 años de edad. Me comunica que hace poco que su familia había llegado a España y que el crío desconoce por completo el castellano (y el catalán). Nos miramos con una sonrisa dibujada en la cara mientras voy tomando conciencia del desafío que acababa de tomar.

Al ver que ambos desconocíamos el idioma del otro, debíamos recurrir a un sistema de comunicación que nos permitiera entendernos… Y de una manera natural, recurrimos al dibujo. Cuando a través de imágenes, símbolos, pictogramas (y a veces las matemáticas) comprobamos que éramos capaces de interpretar los mensajes que nos íbamos dando, nuestra sonrisa se ensanchó aún más si cabe. Sin quererlo ni beberlo, habíamos recurrido al Visual Thinking…

Repasando mi experiencia en este y otros casos puedo reflexionar y generalizar acerca de los beneficios que reporta la herramienta del pensamiento visual a la hora de dar respuesta a la atención a la diversidad:

• Componente emocional y motivación. La imagen puede convertirse en un lenguaje universal puesto que deviene un valioso puente que conecta patrones comunes y/o experiencias análogas que trascienden del origen cultural del ser humano. De esta manera, el dibujo de un cuadrado con un triángulo encima puede evocar el concepto “casa” para muchas culturas. Así pues, si la imagen se presenta como una clara candidata a ser un vehículo de entendimiento, podemos concluir que también es una excelente herramienta que fomenta la parte afectiva, ya que el hecho de entenderse produce una grata satisfacción, y por ende, la motivación.

• VT como entrenador de los procesos cognitivos. Cierto es que la diversidad es una condición inherente al ser humano, y que dentro de un aula podemos encontrar diferentes estilos de pensamiento, de aprendizaje, de motivación, etc.; sin embargo, cualquiera de ellos pone en juego una serie de procesos cognitivos básicos, como por ejemplo la atención y la memoria. El VT, por sus cualidades, puede ser introducido como herramienta para entrenar el rendimiento mental del alumno. Existen infinidad de ejercicios basados en el VT que requieren de una atención sostenida para su ejecución, por lo que esta capacidad puede trabajarse directamente. ¿Y cuántas veces hemos utilizado recursos mnemotécnicos para memorizar algún contenido? Efectivamente, el uso de la imagen se ha utilizado en multitud de experiencias académicas como punto de apoyo en la recuperación o evocación de contenido.

• VT como facilitador de la comunicación. Cualquier alumno puede echar mano de los beneficios que reporta el VT en la competencia comunicativa. Cualquier niño/a puede apoyarse en el uso del dibujo para complementar o enriquecer la expresión de la información que quiere presentar, ya sea a la hora de trabajar de manera cooperativa, a la hora de ilustrar una exposición sobre un tema (audiovisual o escrita), a la hora de apropiarse de un contenido…

• Metacognición. El hecho de convertir un contenido escrito en una composición visual, obliga a que los dos hemisferios cerebrales se den la mano y aúnen esfuerzos para analizar el cuerpo de contenidos que se quiere transmitir y sintetizarlo a través de elementos visuales. Estas acciones requieren de una comprensión de la información y comportan una continua valoración del trabajo que se está realizando a la hora de convertirla en dibujos. De esta manera, trabajamos la metacognición: el alumno toma conciencia de su nivel de apropiación del contenido.

Podemos concluir pues, que el VT en educación es una herramienta a tener muy en cuenta porque puede implementarse como instrumento complementario de múltiples metodologías en la línea de la atención a la diversidad, otorgando múltiples beneficios en el aprendizaje.

Por cierto, el alumno en cuestión acabó el bachillerato en la modalidad científico tecnológico con notable éxito.