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REFLEXIÓN SOBRE EL ORIGEN Y LAS APLICACIONES DEL VISUAL THINKING
"Una imagen vale más que mil palabras". ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta sentencia? Como todos los dichos populares, encierra una gran verdad que no debemos ignorar.
Lo cierto es que a lo largo de la historia, el ser humano se ha valido de la imagen para explicar historias, ideas, creencias; sin embargo, la globalización y la creciente revolución digital han amplificado el poder de la imagen en la comunicación.
Ya en los inicios del siglo XX, aparecieron enfoques psicológicos que pusieron de manifiesto el crucial papel de la percepción en nuestro pensamiento; siguiendo estas teorías, el psicólogo alemán Rudolf Arnheim acuñaría el término de Visual Thinking.
Muchos estudios avalan la tesis del efecto de superioridad de la imagen demostrando que no solo la procesamos más rápidamente que el texto, sino que también retenemos más información y la comprendemos mejor si ésta se presenta acompañada de imágenes.
Con el paso del tiempo, expertos de diferentes campos profesionales (desde la publicidad al mundo empresarial, pasando por los diseñadores de redes sociales, los políticos y los innovadores en el área educativa).
En el día a día, se demuestra que el dibujo es un lenguaje universal donde cada imagen puede actuar como ancla visual que nos ayuda en la memoria para retener, asociar, estructurar y recuperar ideas. Durante el día nos suceden infinidad de situaciones que lo evidencian. ¿Quién no ha utilizado un emoticono para expresar cómo se siente? ¿Quién no ha utilizado un recurso mnemotécnico para memorizar un contenido? ¿Quién no ha buscado el icono convencional de las luces de emergencia del coche para localizarlo?
Como profesional del mundo educativo, sería un craso error soslayar el potencial de la herramienta Visual Thinking en la praxis escolar para mejorar mi labor como docente y optimizar las competencias de los alumnos no solo rentabilizando su acceso al contenido, sino también promoviendo la producción del mismo. De esta manera, damos mayor protagonismo a los niños y niñas convirtiéndolos en sujetos activos de su aprendizaje.
